Tratar la ansiedad es una misión a largo plazo. Saber identificar los síntomas y su gravedad, saber acudir al médico, seguir un tratamiento a lo largo del tiempo y aprender a reconocer los desencadenantes. Incluso en las mejores circunstancias, vivir con ansiedad no es fácil.
Comprender los mecanismos de la ansiedad
Lo que dificulta el diagnóstico de la ansiedad es la variedad de síntomas que puede presentar. Pueden incluir dificultad para respirar, temblores, palpitaciones, sudores fríos, mareos o incluso dolores de cabeza. Molestias en el cuerpo que se originan en el cerebro. En circunstancias normales, la ansiedad es un mecanismo de defensa que se supone contribuye a nuestra supervivencia. Dicho esto, en nuestro mundo moderno, donde nuestros miedos pueden asociarse a amenazas lejanas o meramente potenciales, la ansiedad puede llegar a ser incapacitante.
Fisiológicamente, la ansiedad se desencadena por un mecanismo neurobiológico. En este caso, es la serotonina, o la falta de ella, la culpable. Los bajos niveles de serotonina en el organismo están directamente relacionados con la ansiedad y la depresión. Para los enfermos, los tratamientos recomendados son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. En resumen, impiden que el cerebro recupere los neurotransmisores presentes en el sistema, para aumentar su concentración.
El problema de estos tratamientos es que están estrictamente regulados porque se clasifican como antidepresivos. Es más, pueden tener graves efectos secundarios que van desde el alcoholismo a la desinhibición, pasando por el desarrollo de tendencias maníacas, la pérdida de libido y la dependencia. En otras palabras, es un tratamiento que potencialmente puede hacer más mal que bien. A diferencia del CBD, cuyos efectos secundarios son mínimos.
Uso del CBD para tratar la ansiedad
El CBD no es un inhibidor de la recaptación de serotonina. En aquel momento, los investigadores aún no estaban totalmente seguros de la influencia de los cannabinoides sobre la serotonina. O, para ser más precisos, su influencia en los receptores de serotonina del cerebro.
Sin embargo, ya pueden afirmar que el CBD ayuda a reducir el estrés y a aliviar los síntomas de la ansiedad tanto a nivel conductual como fisiológico. En otras palabras, el CBD no se limita al tratamiento a corto plazo de los síntomas. El CBD es tan eficaz que ya se utiliza en el tratamiento de diversas formas de ansiedad, incluido el estrés postraumático.
Para las personas que sufren ansiedad inducida por estrés postraumático, el CBD ha demostrado su eficacia en numerosos estudios desde 2011. También se utiliza para tratar formas graves de ansiedad social e incluso trastornos del comportamiento. Y en todos los casos se reducen los niveles de estrés y ansiedad.
¿Puede el CBD ser un tratamiento viable?
Sí. Sin embargo, hay algunos parámetros que deben definirse. En primer lugar, los tratamientos a base de CBD deben estar suficientemente concentrados para reproducir los resultados observados en los estudios científicos. En segundo lugar, es importante entender que el CBD no contiene ninguna de las sustancias psicotrópicas que se encuentran en el cannabis (como el THC). Por lo tanto, su uso no altera artificialmente tu estado mental.
Para quienes se preguntan si existe riesgo de sobredosis, la respuesta es no. Incluso en grandes dosis, el CBD no conlleva ningún riesgo de sobredosis. No se conocen casos de sobredosis, y el exceso generalmente sólo produce somnolencia.
Sin embargo, como cualquier tratamiento, el CBD puede tener efectos indeseables. Sin embargo, estos efectos son mínimos en comparación con la mayoría de los tratamientos del mercado:
- Cambio en el apetito y pérdida de peso;
- Fatiga ;
- Diarrea ;
NB: Es importante especificar que esta información se refiere al CBD, que es un compuesto químico extraído del cannabis. Cabe señalar que la ingesta de cannabis puede provocar un estado mental alterado, además del riesgo de reacciones adversas en el organismo en presencia de otros compuestos activos de la planta.
